sábado, 24 de marzo de 2018

Vive, ríe, ama

Cuentan que un sabio dijo una vez: "Ten cuidado con tus actos porque se convierten en hábitos. Ten cuidado con tus hábitos porque se convierten en tu destino".
Analizo qué actos he repetido en mi vida para que se hayan convertido en hábitos poco saludables y, en consecuencia, haya llegado a este punto de sobrepeso. Le quiero llamar sobrepeso, aún siendo consciente de que es obesidad porque creo que las palabras determinan las cosas y no quiero castigarme más. 
Lo cierto es que si alguien leyera mis analíticas diría que soy una persona sana. No padezco ninguna de las dolencias típicas de un cuerpo sometido a una mala alimentación, a penas unos bajos niveles de hierro y vitamina D. Posiblemente porque, a pesar del sobrepeso, no tengo una mala alimentación de base. Sin embargo si vivo períodos en los que todo se descontrola un poco, momentos vitales en los que la ingesta es la válvula de escape, tanto en negativo como en positivo (es decir, tanto para escapar de vacíos o penas como para celebrar alegrías) y en los que se desequilibra la balanza con una facilidad pasmosa. En esto supongo que tiene que ver el metabolismo y la edad y mi mala costumbre de no atender a las alarmas que produce mi cuerpo avisando de que he perdido el camino.
A día de hoy ¿qué hábitos tengo positivos y cuáles negativos? 

HÁBITOS POSITIVOS                                                             

Dormir 8 horas diarias                                                               
No beber refrescos                                                                     
Beber una infusión sin azúcar al día                                          
Cocinar fondos de guisado con caldo de verduras
Tomar el aceite sólo en crudo                                                    
No tomar fritos
Cocinados saludables: vapor, plancha, hervido, crudo
Todos los cereales, integrales                                                     
Verdura y fruta cada día
Versiones saludables de pan, mermelada, salsa
                                                                                                 
                                                                                             
HÁBITOS NEGATIVOS

Tener un estilo de vida sedentario
Beber poca agua
Últimamente beber alcohol al menos una vez a la semana
Loca del queso
Comer más hidrato que proteína
Loca del dulce
Poca legumbre
Comer deprisa
Comer demasiada cantidad

En este espacio voy a intentar reflejar el camino para descartar todos estos hábitos negativos y reforzar los positivos, así como llevar un registro de recetas saludables, menús, actividad realizada y las variaciones en el peso. En definitiva, practicar el arte japonés del kintsugi: "las roturas, cicatrices e imperfecciones forman parte de las cosas y deben mostrarse en lugar de ocultarse. El objeto, antes roto, resulta así más bello porque esas marcas muestran su historia" 



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